domingo, 29 de abril de 2007

TRIPTICO

Tendido
entre el blanco
la vi.
Se aproximaba.
Las pupilas baldías,
el cuerpo inhabitado,
sin cabellos,
sin labios,
inasible,
vacía;
junto a mí,
a mi lado...
¡Toda hecha de nada!
Se sentó ¿Me esperaba?

la miré.
Me miraba.
II
Ya estaba entre sus brazos
de soledad,
y frío,
acalladas las manos,
las venas detenidas,
sin un pliegue en los párpados,
en la frente,
en las sábanas;
más allá de la angustia,
desterrado del aire,
en soledad callada,
en vocación de polvo,
de humareda,
de olvido.

Oliverio Girondo