jueves, 28 de junio de 2007




ANTES DEL ALBA

Y dejo escrito sobre la noche sedienta
que insiste en no dejar huellas:


Hay un sonámbulo, aislado y tierno,
más callado que la misma luna.
Hay cada instante una mujer que suspira
desde sus pies hasta el cielo.
Hay un fantasma olvidado, triste y viejo,
esperando…esperando.
Hay un sueño que espero me visite
para poder corregirlo.
Hay un vagabundo de secreta divinidad
y siempre en descanso.
Hay una calle que no sabe de luz
y que la hace justa para el amor y el robo.
Hay una plaza casi vacía y hay una estatua invencible y fría
sin otra memoria que el pasado.
Hay en la esquina un café que es hermano de la noche
y para sufrir un poco menos.
Hay una soledad que se hace más sola
que suena a ahogo y que no se oye.
Hay un libro que se está construyendo en voz baja
pero trajeado de rojo y con un espantoso deleite.
Hay mayor énfasis del silencio
y atrás un guardián equiparable a Aquiles.
Hay un muchacho y una guitarra, y ella.
Hay tiempo de sobra para una traición.
Hay más barba en mi cara.
Y hay un alzar los ojos
para que las mejores cosas las diga la luna.

TRES


La luna, mi sombra y yo, nos detuvimos en el centro de los jardines
y de la noche alta. Acerqué el reloj a mis ojos y mi desconfiada sombra también lo hizo. Me quité el sombrero para saludarla y complacientemente, ella devolvió la galantería. Pero en un soplo sucedió lo que me costará olvidar: mi sombra desapareció y la luna fue tragada por las nubes. Todo se puso negro, inmóvil. De pronto y con el frío del miedo empecé a correr, ignoraba hacia adonde pero corría, sólo corría. Rato después y en medio de la negrura tropecé y caí sin la menor gracia. Incapaz de nada, maltrecho y en tanto recuperaba el aliento, distinguí en el pasto una forma borrosa que lentamente se iba haciendo más nítida. Temblando y casi sin respirar me fui poniendo de rodillas, y de esa dudosa inquietud pasé al encantamiento...¡era mi sombra agazapada! Me apuré a tocarla y la sentí húmeda de transpiración tal como yo. ¡Intrépida sombra que había corrido en mi busca!
Al unísono levantamos bien arriba nuestras cabezas, y volvimos a ser tres.

Del libro de poesía y cuentos: “ ESO OTRO” de Jorge Rulfi (presidente de SADE-ESCOBAR) Ed. DUNKEN- 2007-