domingo, 17 de junio de 2007



La piel del abismo
El lenguaje es piel, es un tejido común en apariencia, en lo sensitivo, y a la vez particular, resguardado a lo intuitivo de cada ser, formado por todas sus experiencias, texturas, tonos y alucinaciones. Como la piel el lenguaje es contenedor, podemos revestirnos de esa piel, piel de abismo, piel de caos, flexible, porosa, ligera, que define pero jamás limita. Podemos evitar la entumecedora percepción del lenguaje conceptual, discursivo, al margen del deseo, al margen del cuerpo, en la cornisa de los sentidos. Podemos desequilibrarnos y caer, apresurar vacíos, provocar las proyecciones orgánicas vinculadas con el deseo "fuera del tiempo", el deseo que se deja vivir. El escritor como el actor de Grotowski puede tomarse a sí mismo como campo de trabajo, autoexplorarse, recorrer todos los aspectos de sí mismo, y esto como en el teatro incluye el aspecto físico. Necesitamos de textos vivos, textos orgánicos, con una organicidad "sagrada", "ceremonial", que extraiga un nexo y una revelación que sea cuerpo, intuitiva en el lector, transformarlo también en espectador, en dramaturgo. Podemos perder la voluntad de regir y dominar nuestra literatura y extender una piel común, un tejido, una red que se superponga y absorba a la red nefasta de la masificación y a la globalidad paralizante y siniestramente niveladora de la cultura impuesta, la cultura de sociedades que se encuentran en el umbral de la enfermedad sin crisis, del alimento premasticado, de la frigidez académica, de la herida invisible. "El poeta y el poema se encuentran rodeados por lo desconocido. Quien se da cuenta de eso y persigue hacer de lo desconocido algo que se pone delante de la mirada, hace poesía."
Hay fragmentos de palabras adentro de todas las cosas,como restos de una antigua siembra.Para poder hallarlos es preciso recuperar el balbuceo del comienzo o el fin.Y desde el olvido de los nombres aprender otra vez a deletrear las palabras,pero desde atrás de las letras.Roberto Juarroz, reportaje y fragmento de poema de Duodécima poesía vertical"(...) Así la palabra se convierte en vehículo del yo que se separa de sí mismo para llegar a ser. Pues el ser que se aferra al yo, se aniquila. Y al abandonarnos, la palabra inicia su viaje poético. Es la emisaria de algo que parte de lo limitado en busca de lo ilimitado. En ese momento la palabra huye del discurso para penetrar en la existencia."Aldo Pellegrini Fragmento de Introducción al uso de la palabra