sábado, 23 de mayo de 2009

at. Silvia Beatriz Giordano-homenaje-

Murió mi vecino. Mi amigo del alma. Mi compañero de noches de insomnio interminable. El que estaba allí, cuando la lluvia y el frío me obligaban a quedarme en casa. El que me acompañaba al parque en las tardes perfumadas de primavera. Ese que estaba y está al alcance de mi mano, en mi mesa de luz. Él, mi amigo, es amigo de mucha gente. Es querido y admirado por muchas mujeres y hombres. Odiado por algunos pocos, como pasa con todos los grandes hombres . Tuvo una vida larga y fructuosa. Una vida de alegrías y sinsabores. Prohibido y ensalsado. Mi amigo, mi vecino me brindó la gracia de trascender a su propia muerte. Me dejó su olor - a papel y tinta -, su voz - tan dentro mío, tan íntima - sus palabras, su corazón y sus libros. Murió mi vecino. Mi amigo del alma. Ese que me dio tanto sin conocerme y que parecía conocerme tanto como si me hubiera parido. Murió don Mario. El viejito Benedetti. El señor Mario Benedetti. El POETA. El ESCRITOR. Mi vecino del otro lado del charco. Mi amigo. ..
-- Silvia Beatriz